
Un grupo de mujeres, encarceladas en la madrileña prisión de Ventas, enarbola la bandera de la dignidad y el coraje como única arma posible para enfrentarse a la humillación, la tortura y la muerte. Pocas novelas podemos calificar como imprescindibles. La voz dormida es una de ellas porque nos ayuda a bucear en el papel que las mujeres jugaron durante unos años decisivos para la historia de España. Relegadas al ámbito doméstico, decidieron asumir el protagonismo que la tradición les negaba para luchar por un mundo más justo. Unas en la retaguardia y las más osadas en la vanguardia armada de la guerrilla, donde dejaron la evidencia de su valentía y sacrificio.
Me he quedado con las ganas de leer el libro, de conocer mejor a las hermanas Pepita y Hortensia, de sufrir y de llorar con ellas, porque su historia está contada con una sensibilidad exquisita, con una cercanía que pone los vellos de punta. Pero también de conocer a todas esas mujeres encarceladas y que son ejemplo de fortaleza en una situación donde lo normal sería perder toda esperanza. Creí estar saturada de historias sobre la Guerra Civil pero lo importante no es la época, son las historias.
Os dejo, por último, una nana que sale también en el libro a la que Carmina Agredano ha puesto voz y que me parece una buena muestra de la sensibilidad que destila esta obra. Con esto ya me quedo sin palabras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tus comentarios son bienvenidos